lunes, 1 de noviembre de 2010

Empezando a entender

Todos vivimos en una sociedad, ya sea grande, como las grandes urbes mundiales, o pequeña, como los pueblos acogedores. Cada sociedad con sus costumbres, ideales, valores, paradigmas, etc.
Como consecuencia, las personas vivimos pensando y determinando qué es lo correcto, lo malo, lo seguro, lo posible,,,, en fin, la realidad que vemos. Y como es obvio, en otro sitio se pensará de una manera muy diferente, llegando, algunas veces, a oponerse ideas concretas.
En esta situación crecemos los jóvenes, viendo ideas opuestas, realidades opuestas. ´

Pues bien, esto no queda acá. Hoy se estila decirle a los adultos del mañana que decidan bien sus estudios, sus carreras, porque lo que decidan en ese momento será para toda la vida, hasta la eternidad (!).

Entonces, si vemos ideas y realidades opuestas, tenemos la increíble presión de que la desición que vayamos a tomar será for ever and ever , y si a eso le sumamos la realidad individual que vivmos cada uno en nuestros submundos familiares, donde la situación económica es igual a "posibilidad", ¡es lógico que uno se rompa (figuradamente) la cabeza pensando qué estudiar, qué tener, qué realidad, en pocas palabras... qué serás en el futuro!

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Después de algún tiempo de haber salido del ojo de la tormenta, te das cuenta de que la decisión que tomaste no hiba a definir completamente tu vida entera, como lo pintaban tus padres, hermanos, tíos, amigos profesores, etc., quisieras decirles a todos ellos que estaban equivocados, que lo que te hicieron sufrir pudo no ser tan duro, y así, de alguna manera, deshagorate.

Pero te das cuenta que no quisieron eso, que querían lo mejor para ti, para tu futuro, y no se daban cuenta. ¡¿Pero cómo no se daban cuenta?!
Esque ellos están seguros de que la carrera que escogieron fué para siempre, y aún cuando no es así en absoluto, lo creen fervientemente. ¿Y por qué?, por que sus padres también lo creyeron así. ¿Y por qué?... y llegamos a un punto en la historia en donde sí era verdad que la carrera que escogías era para toda la vida, sin posibilidad de cambios, ni mudanzas, ni nuevas aperturas. Todo estaba estático, según "el plan".
Pero esas son otras épocas, pues ahora uno puede estudiar algo, y si se le da la regalada gana se pone a estudiar otra cosa después, o en paralelo, o incluso dejar una cosa por otra. Se puede ir a vivir a otro sitio, en donde tu carrera que en tu antiguo sitio no valía la pena, en el nuevo sitio sí lo valga.

Entonces, se activa el feeling para poder comprender que ellos estaban equivocados, y los perdonamos (como si tuvieramos que).
Pero la otra teoría, aterradora y desesperante, sería que uno sí "se casa" con la carrera. Pero la vida nos enseña que ya no es lo común.

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Volviendo a nuestro tema de los grupos de fin de la etapa escolar, ustedes se preguntará, qué michi hago hablando de esto si no tiene nada que ver. Pues sí tiene que ver, y mucho. Sirve para explicar dos cosas.
La primera, el por qué todos entramos en pánico en quinto de secundaria.
Y la segunda, por qué el tercer grupo es el tercer grupo y no el primero.

sábado, 30 de octubre de 2010

Encuentro del tipo cero

Cuando eres un niño te imaginas que "de grande" todo será increiblemente chevere, que harás lo que tú qieras. Te diviertes pensando en el futuro, imaginandote en distintos escenarios y lugares, con diferentes personas, y travesias salidas de los cuentos de las pelas. Sin embargo, como dicen por ahí, nunca una cosa es más bacan que cuando te la imaginas (suena de adulto frustrado no?), pero es cierto.
Cuando creces, en ves de tener más libertad, tienes más patrones a seguir, más reglas que cumplir, y más compromiso en general. Y es que no quiero sonar como un inmaduro que le cuesta crecer y daría su vida por vivir en el país de nunca jamás, pero hay que hacer  algo para hacerle saber a los niños que cuando crescan no será tanto como imaginan.

Cual es el punto?

Llegado el quinto de secundaria, el 99% de adolescentes que cursan dicho año se ven en la agonía de escoger, por decirlo de alguna manera, sus vidas.
El típico chico que sabía desde primaria que quería estudiar se ha ido, al igual que la imaginación y aventuras soñadas por el resto. En este contexto,sólo queda un gran número de jóvenes desamparados a orillas del futuro, el inmenso e impredecible mar, que con sus olas levanta y aplasta todo a su paso.
Ahora, tampoco hay que ser tan trágicos, pues, después de mucho deliberar y pensar, la mayoría de jóvenes retorna a sus cabales, y escoge. Aunque queda un grupo de alumnos, prometedores personajes futuros durante su paso por las aulas escolares, que se quedan desolados ante el silencio ensordecedor del libre albedrío.
Pero hay un tercer grupo, más reducido que el segudno, lleno de entusiasmo, ansias de éxito, voluntad e iniciativa, con corage desafiante; sin embargo, minimizados, silenciados, comprimidos, y guardados.
Sí, exáctamente... yo estoy en el desafiante tercer grupo.
Nuna he tenido un blog, es más, no toleraba la actitud de las personas que contaban su vida en internet (tipico de facebook), pero me he visto en la necesidad de comentar algunas cosas, y si alguien sabe algo pues comentarlo tambié.